martes, 7 de noviembre de 2017

La Guerra Interminable. Joe Haldeman



Guerra interminable (The Forever War en el original) está a medio camino entre ambos. Formalmente es la historia de un soldado, William Mandella, a lo largo de su –largo- paso por el ejército. De hecho el libro está dividido en grandes partes o capítulos que llevan como título la graduación que va teniendo en cada momento de la acción: Soldado Mandella, Cabo Mandella, Sargento Mandella,...

Se puede clasificar en el género de Ciencia Ficción Bélica, (o pacifista, según se mire) si es que tal género existe, aunque ha habido muchos autores que han tratado este tema. Algunos, como Robert Heinlein con Starship Troopers, desde un punto de vista que engañosamente ha sido etiquetado como literatura juvenil (aunque el libro contiene algunas ideas “interesantes” como trasfondo). Otros como Orson Scott Card en el Juego de Ender, con una perspectiva más profunda y espiritual. 


Marvano adapta al comic la saga más popular de Haldeman, escritor americano que transmite sus experiencias en Vietnam a través de la ciencia ficción, la primera entrega la hizo en tres tomos para la Guerra Interminable, su continuación también fue de tres tomos en Libre por siempre, mas un tomo extra. 

Con la invención del Salto Colapsar en 2045, el hombre vio cumplido su sueño de explorar todo el universo. Pero en menos de diez años las intenciones bélicas se impusieron sobre las científicas y se inició una guerra, de más de 10 siglos, contra los taurinos. En 3204 la humanidad se convirtió en Hombre, resultado del avance científico y del contacto con esta civilización extraterrestre. Más sabio, pero sin sentimientos. 


Ahora, solo unos pocos veteranos de guerra resisten fieles al concepto original de especie como una rareza en medio de un universo vasto y extraño.


Imagen tomada de aquí
En el mundo futuro de Guerra Interminable, la humanidad ha tenido un primer contacto con una raza extraterrestre cerca de una estrella de la constelación de Tauro, por lo que los llaman los Taurinos, y si previo aviso ni comunicación la nave de exploración terrestre fue destruida. Como resultado se declara una guerra sin cuartel. En la Tierra se hace obligatorio el reclutamiento, pero sólo de los mejores (físicos, ingenieros, matemáticos,... todos con un coeficiente de inteligencia superior a la media) para servir en el ejército durante un periodo de 10 años. 10 años para ellos, en tiempo subjetivo, pero aunque las naves viajan por la galaxia saltando a través de “agujeros” llamados colapsares que los llevan instantáneamente de un punto a otro, para llegar a un colapsar tiene que pasar meses o incluso años acelerando a muchas G y viajando casi a la velocidad de la luz, por lo que en realidad pasan décadas o siglos para los que se quedan en la Tierra.

Así que básicamente la vida de los soldados de Haldeman es esperar. Esperar mientras viajan protegidos en unas vainas llenas de fluido, y también ellos mismos con las cavidades internas de sus cuerpos rellenas de fluido que impide que la aceleración los aplaste, esperar mientras en el planeta de destino construyen una base, esperar a que los taurinos les ataquen... Y librar probablemente una única y corta batalla por campaña... o durante su vida, porque las batallas son terribles. A pesar de ir protegidos con un traje que aumenta sus capacidades hasta casi convertirlos en superhombres, a pesar de ir armados hasta los dientes, con mucha suerte uno de cada tres es una baja, y eso si la batalla ha sido un éxito.

Pero el principal aliciente de la novela no es describir la dura vida del soldado y su entrenamiento. No, lo más original consiste en que para los soldados de Haldeman, la guerra en verdad parece interminable: debido a los efectos relativistas del viaje en el tiempo, para cuando recalan en una base entre salto y salto han pasado siglos, para cuando vuelven a la Tierra han pasado milenios... Sí, son ricos (las pagas que no han podido gastar, acumuladas durante siglos con un interés compuesto les hacen millonarios) pero todo está pensado para que los pocos supervivientes vuelvan a alistarse, aunque sea como instructores o en puestos administrativos: nadie les va a poner fácil obtener un trabajo, sus conocimientos han quedado completamente desactualizados, sus amigos y familiares han muerto hace décadas... y sobre todo, la sociedad y las costumbres han cambiado tanto mientras ellos han estado fuera, que ya no se sienten parte de ella.

El comic explora una serie de ideas curiosas. Por ejemplo, el ejército es completamente mixto, y no se persiguen las relaciones sexuales entre los soldados, es más, se fomenta la promiscuidad, pero no los emparejamientos: hay la mitad de literas que soldados, y está mal visto que cada noche no se rote y se cambie de pareja.

Otra idea interesante es como evoluciona la sociedad al margen de los combatientes, desde distribuir libremente marihuana a los ciudadanos hasta fomentar la homosexualidad en el planeta como un mecanismo efectivo para el control de la natalidad: los niños ya no nacen, son incubados en la cantidad necesaria para reponer las bajas.

De hecho uno los momentos más curiosos del comic tiene lugar cuando Mandella, superviviente de múltiples batallas (y por lo tanto un caso atípico), acaba comandando un batallón de nuevos reclutas... pero nacidos milenios después de él, en un momento en que en la Tierra los heterosexuales son vistos poco menos que como desviados. Desviación que puede “curarse” fácilmente, lo que hace que sean aún peor vistos por no querer someterse a un sencillo tratamiento que les cure de su heterosexualidad. Él, acostumbrado a la promiscuidad sexual del ejército que conocía, es el único hetero encerrado en una nave durante años con un batallón homo.
Cosas como estas son la esencia del comic: el desarraigo del soldado reclutado forzosamente cuando vuelve a una sociedad completamente distinta a la que dejó.

Joe Haldeman, es un autor norteamericano de ciencia ficción que ha logrado ganar en repetidas ocasiones todos los premios importantes de ese mundillo: 5 premios Hugo (incluyendo uno para Guerra Interminable y otro para Paz Interminable), otros 5 premios Nebula (también incluyendo uno por Guerra Interminable y otro por Paz Interminable), 1 premio Locus, etc.

Si en Guerra Interminable, publicado al final de la Guerra de Vietnman, en 1974, describía una guerra que nadie sabe porqué se produjo (les atacamos porque nos atacan y nos atacan porque les atacamos) y que dura milenios, Paz Interminable es distinta. Se publicó 23 años después, en 1997, y no es propiamente una continuación. Los personajes no son los mismos, la historia no es la misma, ni siquiera el “universo” en el que se desarrolla es el mismo.

Por su parte, “La Guerra Interminable” ha ejercido una fuerte influencia en posteriores trabajos de space opera militar, como en “El Juego de Ender” (1985) de Orson Scott Card.

Si quieres leer el comic aqui te dejo su link: CLICK AQUI

Sinopsis importada por Mario López de: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/06/guerra-interminablepaz-interminable-joe.html
Link importado por Mario López de: http://absorbiendomangas.blogspot.com

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