jueves, 26 de diciembre de 2019

¿Cómo leer un manga?

Cómo leer un manga
Apuesto a que la primera vez que abriste un manga comenzaste a leerlo por el final. Pues para nosotros, lectores occidentales, es costumbre leer de izquierda a derecha, tanto al pasar de línea como al pasar de página. Es por ello que puede ser difícil acostumbrarse a leer manga, pues como sabrás se lee exactamente al revés de como nosotros acostumbramos, es decir, de derecha a izquierda.
Además hay una pequeña regla que, si eres aficionado al manga, quizá ya sigas de manera inconsciente, pero si eres novato seguro nadie te la ha platicado. Y es que además de que el manga se lee de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo, existe la “regla de la T.” Esta pequeña regla te dice hacia dónde debe moverse tu vista al leer las viñetas de un manga. Si eres un asiduo lector seguro ya la memorizaste sin que te hayas dado cuenta. Es difícil explicar con palabras lo que dice exactamente, pero sirve para orientarte en la lectura de un manga y los lectores experimentados la siguen de manera inconciente. Fue descrita por primera vez por Rachel Thorn en 2018, profesora de manga en la Universidad de Seyka en Japón.
En pocas palabras, la regla es: “Cruza el pie de una T antes de cruzar los brazos (excepto cuando no debes).” Aunque es difícil de explicar, casi cada japonés menor de 60 años sabe esta regla y la procesa de manera instantánea, aunque no se dan cuenta en absoluto de que la saben.

lunes, 16 de diciembre de 2019

El último caballero que caminará sobre la Tierra



El mundo de los cómics cuenta con cientos de héroes y villanos en sus diferentes universos, todos ellos en las páginas de sus historietas han dejado una marca en todos los lectores, sin embargo algunos no han escapado al olvido o al abandono de sus lectores y fanáticos, esto sin afectar el mundo fantástico en el que se desarrollan, pues ni la ausencia del mismo Superman ha afectado el mundo de la viñetas de una forma que ocasione un cataclismo. 

Pero en todo ese universo de justicieros encapotados existe un nombre que pesa más que cualquier otro, uno que ha hecho caer dioses y ha derrotado a los villanos más feroces y dementes de todo el multiverso, Batman; es por ello que su ausencia no es tomada a la ligera y una historia retorcida y triste podría ser la única respuesta a la pregunta ¿qué pasaría si Batman nunca hubiera existido?, esta es la premisa del cómic llamado Batman: The Last Knight on Earth (Batman: El Último Caballero sobre la Tierra). 

Imagine querido lector algo no tan difícil, usted cree que es Batman, un héroe que ha superado grandes retos y ha salvado a la humanidad en más de una ocasión; su mente es la más brillante de todo el planeta, no por nada es el mejor detective del mundo; mantiene una agilidad y conocimiento de las artes marciales como si aún tuviera menos de 20 años; sus enemigos le temen y sus aliados le respetan... pero qué pasaría si una mañana se despierta y resulta que nada de esto es real, que en realidad su mente padece una anomalía llamada divergencia que lo ha llevado a crear un mundo alterno para escapar de su propia locura, usted es el interno del Asilo Arkham y sus supuestos enemigos son compañeros de institución o doctores que sólo buscan que usted mejore, qué pasaría por su mente y más aún cómo lidiar con esta revelación, esa es la historia que nos brindan las páginas de este cómic bajo el nuevo sello de DC Black Label. 

Esta nueva historia creada por la mejor dupla que ha conocido el Hombre Murciélago en las últimas décadas, Scott Snyder y Greg Capullo, escritor y dibujante respectivamente, ambos han llevado al Caballero de la Noche a las aventuras más extremas en sus últimas ediciones pero sin duda esta aventura es la más crítica, pues propone que Batman nunca fue real, únicamente una creación del multimillonario Bruce Wayne quien desde hace décadas está confinado en las paredes del Asilo Arkham rodeado por personajes que claramente son la versión del mundo real del Guasón, el Pingüino, Dos Caras, entre muchos otros. 

Pareciera que este relato en viñetas no podría tener una resolución favorable para el Cruzado Encapotado, pero si se piensa eso es que no se conoce al personaje o a sus escritores, pues siempre hay un giro en todo esto y sin duda será algo que valga la pena leer, pues para fortuna de muchos lectores en México la editorial DC Comics México ya ha lanzado el primer número de esta serie completamente en español, dando pie a una nueva era para el Caballero de la Noche, pues siempre es interesante ver cómo explora su mente para salir de los aprietos en los que se ha metido, además de que lo único que puedo adelantar querido lector que el mundo sin Batman sin duda es un caos que el Último Caballero sobre la Tierra debe recorrer.  

Fuente:  TEODORO SANTOS https://www.milenio.com/opinion

sábado, 14 de diciembre de 2019

Fullmetal Alchemist: cinco cosas que probablemente no conocías del anime

Fullmetal Alchemist: cinco cosas que probablemente no conocías del anime

Fullmetal Alchemist forma parte de las series shonen más populares del mundo junto
 a los grandes éxitos como Naruto y Bleach, sin embargo tiene algunas diferencias 
muy marcadas que la distinguen de este tipo de animes.

Esta historia se centra en dos hermanos, Edward y Alphonse Elric, y cuenta con un amplio elenco
que desarrolla la trama en 108 capítulos, mucho más corta de lo que suelen ser los shonen.

Los hermanos pagan un precio terrible luego de hacer una “transmutación humana” a su madre, 
es decir, de revivirla. Ellos se encuentran la Piedra Filosofal, con un poder que supera 
fuerzas poderosas naturales, como la muerte.

El anime se caracteriza por dedicar gran parte de su tiempo a que los personajes reflexionen 
para así percibir cómo se desarrollan. Si bien es una historia orientada a la trama, 
la autora del manga Hiromu Arakawa decidió mostrar el crecimiento personal de los protagonistas.

Estos son 5 datos curiosos de Fullmetal Alchemist
1-Los oficiales militares tienen nombres de vehículos
Arakawa reveló que los apellidos de los militares son nombres de vehículos militares verdaderos. 
Por ejemplo el coronel Roy Mustang lleva el nombre de un bombardero de combate popular 
utilizado en la Segunda Guerra Mundial, el Mustang P-51.

2-La serie impulsa la inclusión de mujeres en diversos roles sin estereotipos
Las heroínas de la serie son tan fuertes como cualquier otro personaje, de hecho, no importa si 
son amas de casa o generales militares, todas son capaces de enfrentar a cualquier enemigo.

3-Tiene una película ‘live action’
Todavía no se hablaba de una versión de acción en vivo y ya Arakawa soñaba con su reparto ideal. 
La realidad es que los productores eligieron un elenco totalmente japonés, decisión que provocó 
algunas molestias, dado el hecho de que la historia está ambientada en Europa, pero el equipo de 
producción logró replicar la estética del manga, aunque no salió bien librado de las críticas.

4-Arakawa compró pistolas de apoyo militar para dibujar referencias
Debido a que la historia se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial, la creadora del manga 
decidió ser cuidadosa con las armas y elementos militares referentes de la época. Arakawa 
realmente trajo pistolas de apoyo para usar para dibujar referencias.
También entrevistó a veteranos japoneses de la Segunda Guerra Mundial

5-La creadora fue estricta con los detalles de su historia y para eso debió hacer una amplia 
investigación que incluyó entrevistas a veteranos japoneses que participaron en la Segunda 
Guerra Mundial.

"Uno de los comentarios que me más me afectó vino de un ex soldado que bajó la mirada 
hacia la mesa y dijo: Nunca veo películas de guerra”.

Fuente: latam.ign.com

viernes, 13 de diciembre de 2019

¡La aventura del Cómic!



  • Aguerridos exploradores, colocaos las imaginarias mochilas, ya que vamos a iniciar un impresionante viaje a través de las viñetas para conocer su pasado, presente y futuro


Cómic, tebeo, historieta, bande dessinée, manga, fumettoquadrinhos… Todas estas definiciones se refieren a un medio, el de la narración gráfica. Imágenes secuenciadas que, acompañadas o no de texto, nos narran una historia. Ficción o realidad.

Desde las pinturas prehistóricas, pasando por los pioneros que colocaron un 'globo' o 'bocadillo' en las bocas de los personajes, este viaje nos va a llevar a lo largo y ancho de una crónica, la de los cómics, en la que Don Felipe se va a convertir en experto guía, introduciéndonos en las diferentes épocas, e iremos siendo testigos de la evolución de un medio que merecidamente lleva la sobrenombre de Noveno Arte.
Desde aquellas primeras viñetas con contenidos familiares, pasando por los géneros más aventureros y emocionantes, el nacimiento de esa gran industria que mueven miles de dólares, la del comic-book norteamericano, en la que se han desarrollado, y siguen haciéndolo, las carreras de auténticos titanes de la viñeta como Jack Kirby. Los conflictos bélicos y cómo los protagonistas de los tebeos tuvieron que intervenir en ellos; la cotidianidad en los tebeos; la blancura de la página se tornaba oscura con la irrupción de los relatos terroríficos; ¿Son pájaros o aviones? No, son superhéroes, y nacieron para quedarse; en Europa también se hacían cómics, con un vistazo, que no por somero deja de ser interesante a las principales potencias dentro de la viñeta; La revolución del undeground, otra manera de narrar; el controvertido tema de la novela gráfica y sus diferencias con respecto al cómic, si las hubiera; los tebeos que llegaron de las lejanas tierras nipones y trasformarían la manera de expresarse de muchos creadores, desde Frank Miller hasta Stan Sakai; un continente tan enorme como Latinoamerica tiene una larga y exitosa historia de los comics a sus espaldas, vamos a conocerla un poco mejor y, finalmente, una mirada al futuro. ¿Qué va a pasar con los cómics, resistirán al “ataque” de lo digital?
Nos encontramos ante un texto en el que, en un solo volumen, se engloba toda la historia de los cómics, viene trufado con infinidad de contenido gráfico y se convierte por méritos propios en una herramienta didáctica muy recomendable para incluir en la lectura de colegios e institutos y que con ella, los jóvenes puedan llegar a familiarizarse mejor con este medio tan rico y con una historia tan larga a sus espaldas.
Fuente: JOSÉ LUIS VIDAL (diariodesevilla.es)

sábado, 7 de diciembre de 2019

El manga, anime y guerra


La guerra es el punto de partida de la cultura del manga y del anime. Surgidas en los años ‘20, es recién en los años ‘30 y ‘40 donde toma relevancia gracias a la propaganda imperial para niños en la segunda guerra. Es en estos años donde animaciones como Momotaro: Umi no Shinpei (1945) estructuran la estética y la dinámica de la animación japonesa, que los autores definen como una alianza non sancta entre Disney y Eisenstein mundial (Ootsuka y Lamarre, 2013). 

El contexto de la Segunda Guerra Mundial puede ser considerado como el útero materno de la animación japonesa contemporánea y del manga, por ende no es de extrañarnos que en el anime, la guerra sea tan recurrente y tan presente. La guerra es un trasfondo perfecto, un drama humano donde las desgracias, la habilidad, la hombría y el coraje se dan lugar y donde surgen las historias inspiradoras de superación. 

Precisamente por esto, la historia, la guerra y la memoria tienen presencia en incontables historias de manga y anime donde se representan personajes, periodos y contextos históricos y se construye una “memoria histórica” a través de ellos. Ya Roger Chartier (Chartier, 1992) advertía que la representación histórica en la literatura responde más inquietudes contemporáneas a la obra más que a lo históricamente veraz. Estas representaciones históricas dentro del manga y el anime tienen un alcance enorme, dada la facilidad de comprensión del medio, sumado a que tiene unas cuantas ventajas: primero, el manga no tiene las cargas de autoridad que tiene un libro de historia académica ni las cuestiones más intrínsecas de dicha escritura (como las citas, discusiones, estados de cuestión y bibliografía) sumado a que al ser un medio visual combinado ayuda al lector a interiorizarse en dicha cuestión histórica o periodo y, a la vez, ayuda a construir una imagen de ese periodo. 

Pero el manga es un medio que se construye de manera similar a cualquier trabajo de historia académica, el mangaka hace una selección de textos y de lecturas al respecto de la problemática tratada en su obra y la refleja a su manera. Esto permite que el manga sea un impresionante vehículo de formación de memoria histórica y de experiencias colectivas (Otmazgin, 2015) es decir, permite la construcción de sentidos y lecturas que desembocan en una memoria histórica del periodo descrito en la obra a través de la imaginación de los lectores. Esta representación permite también una relación con el pasado que se vuelve tangible a través de la historieta japonesa. 

Esta cuestión entre representaciones y relatos recuerda mucho al debate acerca de la “cientificidad de la historia”, en efecto, los cuestionamientos provenientes de Hayden White (White, 1973) y de los lingüistas que equiparaban la Historia a cualquier relato narrativo, por ende, la Historia se vería despojada de su carácter de ciencia al ser enmarcada en el género de la “no ficción”. Este recuerdo del pasado de la ciencia histórica en los ‘80 no es banal en este contexto. En un mundo donde el relato histórico proveniente del manga tiene tanto alcance, la historia científica se ve muy relegada a ser un saber de élite dado el alcance que puede tener el conocimiento y los materiales de lectura de historia científica. 


El cómic nipón no tiene esos problemas, escritos en lenguaje llano y fáciles de conseguir y comprender. Lo más importante del manga histórico es justamente su pluralidad. Dentro de su microcosmos se dan desde explicaciones históricas rigurosas hasta parodias políticas (Otmazgin, 2015). Estas historietas están compuestas de una manera similar a la historia científica, el mangaka hace recortes históricos y elige los materiales con los cuales trabajar su postura histórica; algunos, como Hadashi no gen son piezas invaluables de los recuerdos de un superviviente al bombardeo nuclear de Hiroshima. Pero la gran mayoría de las historietas históricas son reconstrucciones e interpretaciones históricas de los mangaka. 

Un ejemplo claro es el de Shanaou Yoshitsune (Hartley, 2016) donde la representación lleva a plantear un escenario donde el histórico Yoshitsune Minamoto muere joven y lo reemplaza un joven acróbata muy parecido a él físicamente. La interpretación de Yoshitsune en este manga no solo responde a un capricho de historia contra fáctica, sino que también tiene una intención de objetividad. Al comenzar esta socialización, se muestra a dos profesionales encontrando una carta donde se revela el origen real del Yoshitsune histórico. A esto se le suma una tara nacionalista en el personaje de Yoshitsune. Vale la pena recordar que las representaciones de Yoshitsune To Senbonsakura, una obra de teatro kabuki sobre este héroe fueron prohibidas por el propio Mac Arthur, al tratarse de un planteo donde este protagonista vence a su destino y cambia la historia. Traer este ejemplo nos permite ver cómo el mangaka puede torcer la historia y crear una representación y presentarla como algo factible e inspirador. Por eso hablar de historiografía dentro del manga no es algo descabellado; más aún, cuando hablamos de un conflicto aun sensible para Japón como fue la derrota en la Segunda Guerra Mundial y las interpretaciones de la guerra y la paz. 

Justamente el parteaguas entre los mangaka que hablan de la Segunda Guerra Mundial es sobre la valoración del conflicto bélico en sí. Estos pueden ser divididos en dos partes. Aquellos mangaka que ven en la guerra la suma de todas las miserias humanas y aquellos que ven en la guerra un pasado del cual enorgullecerse, donde la nación japonesa unía a todos sus ciudadanos por la gloria de la conquista. Y aquí nuevamente la historia científica vuelve a aparecer. Pues esta conducta entre los mangaka no es más que la representación de la lucha entre académicos por interpretar la guerra como una catástrofe o bien una gesta heroica. Este cruce de interpretaciones es de capital importancia, puesto que también la mano del Estado japonés está dentro de esta discusión. 

Bien conocidas son las censuras y discusiones al trabajo de Saburo Ienaga (Nozaki, 2007) que le costó varios juicios contra el Estado por las censuras impuestas a su libro de texto donde explica los crímenes de guerra japoneses, cuyos litigios duraron cuatro décadas. Más aún, la crisis de los ‘90 generó un grupo muy bullicioso conocido como Grupo Historiográfico Liberal que exponía que la enseñanza de la historia en enseñanza secundaria era  una historia “masoquista” (Sánchez Revilla, 2014) y que esta debía ser para inspirar a los jóvenes en los valores patrióticos. Este punto es importante, pues aquí, historiadores profesionales encuentran en el manga el vehículo perfecto para conducir sus ideas y representaciones: Yoshinori Kobayashi, nombre ya legendario entre la derecha japonesa, es el encargado de poner en formato manga las ideas de este grupo. Sensouron (Kobayashi, 1995) es la cristalización donde todos esos valores patrióticos y el negacionismo de los crímenes de guerra japoneses toman forma y son lanzados al gran público. 

Las ideas históricas de la ultraderecha japonesa siempre permanecieron marginales hasta ahora. Vale recordar las cartas de Yukio Mishima80 donde reniega de la juventud japonesa inspirada en valores marxistas y antipatrióticos y también las entrevistas de Albert Axelbank (Axelbank, 2011) con intelectuales, industriales y políticos afines a la ultraderecha japonesa en los ‘70 y en las que advertía el avenimiento de una nueva ola militarista y la permanencia de las ideas del pasado imperial. Esto era una idea de élite, pero con Kobayashi esta visión histórica se esparce por la sociedad en sectores en los que tal vez jamás leyeron un libro de historia, pero si mangas históricos. Esto nos lleva a pensar en el impacto de la historieta con respecto a la historia académica. 

En 2002 hubo un intento por parte del Grupo Historiográfico Liberal en sacar un manual de historia para secundaria con su visión de la historia; contaba con ilustraciones del propio Kobayashi, sin embargo, las dos veces que fue lanzado tuvieron un éxito magro (Nozaki, 2007, Sanchez Revilla, 2014) muy a diferencia del cómic de Kobayashi que aún sigue en venta y fue un best seller al salir al mercado. La intención de este artículo no es discutir las posiciones entre los mangaka e historiadores sino más bien entre mangaka y mangaka y, en particular, cómo se expresan estas dos visiones de la historia en animaciones japonesas contemporáneas. Pero si vale aclarar que una de las posiciones hoy por hoy es hegemónica, no solo por la intervención e intención ideológica del Estado, sino también por el nivel de alcance que tiene.  

Fuente: Narrativas Visuales Perspectivas y analisis desde Iberoamerica Carlos Eduardo Daza Orozco Antonio M’guez Santa Cruz Analia Lorena Meo Míguez

viernes, 6 de diciembre de 2019

Devilman, un manga hito (Gō Nagai, el padre del anime moderno parte 2)


La historia que nos ocupa gira en torno a Akira Fudo, un huérfano que perdió a sus padres durante una extraña expedición al Himalaya. Cobarde, pusilánime, pero de buen corazón, cierto día se libró de un desagradable altercado con unos matones gracias a su amigo Ryô Asuka, de quien llevaba más de un mes sin saber nada en lo absoluto. Justo después del incidente, Ryô le pidió a Akira que lo acompañase a su mansión para revelarle algo, pues tenía constancia de que su padre hizo un hallazgo arqueológico tan terrible que lo llevó a quitarse la vida. Se trataba de una máscara monstruosa de material desconocido y que además concedía visiones del origen del mundo a aquel que la portara.

A continuación el protagonista se colocaría el yelmo, desvelándosele la naturaleza de los verdaderos dueños de la Tierra durante su génesis: los demonios. Estos super-seres antropomorfos eran capaces de fusionarse entre ellos u otros animales con el fin de obtener poder, tras lo cual iban adquiriendo un aspecto cada vez más monstruoso. Dios, abochornado por la degeneración de su obra, creó al hombre despojándolo de la posibilidad de transmutar, al tiempo que buscó la extinción de los demonios por medio de un radical descendimiento de las temperaturas en el Globo. A pesar de que una gran parte de la raza demoniaca se extinguiera en lo que se convino llamar “la edad de hielo”, algunos consiguieron sobrevivir en un estado latente de congelación. Este paréntesis sirvió a los humanos para hacerse con el control del planeta, si bien los diablos comenzaron a salir paulatinamente de su letargo poniendo en entredicho la hegemonía de la humanidad. 
Ryô Asuka concluye que la única manera de hacer frente a entidades tan superiores sería adquirir sus poderes con la condición de mantener la consciencia humana. En aras de conseguirlo introduce a su inocente amigo en el llamado Sabbath, una especie de orgía demoniaca donde impera el desenfreno y los demonios disponen de multitud de humanos para poseer. La suerte de Akira radica en la pureza de su alma, que resulta incorruptible en el proceso de posesión incluso para Amón, tal vez uno de los cinco demonios más poderosos del cosmos. Esto da como resultado un ente híbrido, impulsado por la voluntad de los hombres pero a su vez dotado con la fuerza de los diablos: es decir, un Devilman. Así pues, ambos personajes conforman una alianza pasajera en la que Ryô es la parte racional y Akira/Devilman el brazo ejecutor, recordémoslo, tras doblegar a Amón y usar su cuerpo evolucionado de diablo contra los suyos. Pese a vencer a varios enemigos como Silene o Jinmen la situación no mejora, ya que los demonios consiguen suplantar a un gran número de personalidades relevantes de la sociedad humana. 

Llegados a cierto punto, se descubre cómo aquellos que se encuentran superados por el estrés y se dejan llevar por los instintos son más proclives a ser poseídos, creándose un clima insoportable de suspicacia general alentado por el propio Ryô –en realidad Satán– a través de un programa de TV, con el objetivo de dinamitar la humanidad desde dentro y sembrar el caos. A partir de ahora la narración da un giro hacia la distopía, presentando un ambiente bélico cuasi apocalíptico en el que los mismos humanos se matan entre sí en una suerte de III Guerra Mundial. 

Somos conscientes de que el argumento leído a día de hoy puede resultar poco novedoso e incluso genérico, lo cual es fruto de la enorme influencia alcanzada por la obra de Nagai en narrativas posteriores (Heredia, 2017) Aquí, sin embargo, los personajes nunca estuvieron condicionados por un alineamiento moral del todo definido, llegándose a plantear a lo largo de la historia qué bando es el verdaderamente maligno: los hombres o los demonios. Asimismo, aunque hoy en día estemos acostumbrados a un alto índice de violencia y gore, el carácter subversivo de Devilman en 1972 está fuera de toda duda, encontrando elementos de rareza singular, sexo retorcido y situaciones macabras de todo tipo. Por si fuera poco, el manga no explota el típico happy end, decantándose por una solución catastrófica muy común al cyberpunk japonés de posguerra o subgéneros como el meccha. Dicho lo cual, y habiendo acordado que Gô Nagai estuvo decisivamente influenciado tanto por la bomba atómica como por cualquier suceso inherente, es hora de analizar su obra a la luz de las tendencias nacionales estudiadas en el epígrafe anterior.

Especies apunto de Extinguirse