jueves, 30 de marzo de 2017

He-Man and the Thudercats (Reseña)



  Edición original: He-Man and the Thudercats
Guión: Rob Davis, lloyd Goldfine.
Dibujo: Freddie E. Williams II.
Entintado:Freddie E. Williams II .
Color: Jeremy Colwell.
Formato: Grapa, 24 páginas.

El pasado 2015 y 2016 han sido los años de los crossovers raros. Green Lantern/Star Trek, Batman/Teenage Mutant Ninja Turtles… los crossovers han sido de una buena calidad, tanto narrativa como gráficamente. Y es que las editoriales se han dedicado a cuidar sus licencias al punto que, por ejemplo, a DC le ha ido mucho mejor en calidad, con las series de Los Picapiedras, o Future Quest y los personajes de Hanna Barbera.
Unir franquicias es algo muy normal en los comics. Ejemplo de ello son los cruces de Batman con Depredador, Superman y los Aliens, Batman y las Totugas Ninja, Terminator y Robocop, la lista es enorme y por lo visto, dada la recurrencia de la fórmula, rentable. Fruto de esta dinámica llega al mercado USA una nueva serie que une dos de las más importantes franquicias de los años ochenta, He-man y los Master del Universo con los Thundercats. Con los cómics de Los Picapiedras, DC tocó una fibra delicada de los que crecieron con las series animadas e hicieron retumbar su nostalgia con seriedad y humor negro. 


Los Thundercats empezaron como serie de dibujos animados en el año 1985 y gozaron de cuatro temporadas, con un total de 130 episodios, en la que se nos narraban las aventuras de un grupo de felinos humanoides en las que se mezclaban ciencia ficción, con la espada y brujería. Obligados a huir de su hogar, Thundera, por la inestabilidad del núcleo ferroso, emprenden un viaje hacia un nuevo planeta habitable. Durante la travesía las naves son atacadas por los Mutantes, enemigos declarados de los thunderianos, que destruyen la totalidad de la flota dejando tan solo una sin daños, la Nave Comando, pues saben que en su interior está la Espada del Augurio que en su empuñadura atesora incrustado el Ojo de Thudera, una joya de enorme poder místico. Los mutantes son rechazados por los Thudercats, pero con la nave seriamente dañada acaban varados en lo que ellos vienen a llamar el Tercer Planeta donde se desarrollarían todas las aventuras de la serie en una sucesión de enfrentamientos entre los Thudercats, los Mutantes y un ser momificado de enorme poder que se denominaba a sí mismo, Mumm-Ra. El último episodio fue emitido en 1989 momento en el que ya la serie demostraba tener claros signos de agotamiento.


He-Man y los Masters del Universo tuvieron una vida más efímera ya que tan solo gozaron de dos temporadas, empezando su emisión en 1983 y acabando en 1985. La serie estaba basada en una línea de juguetes de Mattel, destinada a un público infantil masculino de entre 6 y 10 años. Sin embargo, su éxito fue capaz de traspasar el género y fascinó por igual a los niños y niñas, incluso adolescentes, de la época.
La serie transcurría en el planeta Eternia, donde el príncipe Adam es el custodio de la poderosa Espada del Poder que le permite transformarse en un poderoso guerrero protector del Castillo de Grayskull, fuente de su poder. Skeletor, su mayor enemigo, obsesionado por someter a todo el universo, ansia poder conquistar la fortaleza que le dotara del poder necesario para llevar a cabo sus maléficos planes de dominación.
Dos premisas muy diferentes, con numerosos puntos en común, que triunfaron en la década de los ochenta y cuyas franquicias se niegan a morir. No en vano ambas series tuvieron nuevas incursiones en TV y siguen apareciendo en otros medios, tal y como podemos ver en el número que nos atañe.
Este primer número sirve de presentación clásica de personajes, enemigos y trama para futuras entregas, por lo que poco se puede vislumbrar tras su lectura. El guion corre a cargo de Rob Davis y Lloyd Goldfine, que plantean una puesta en escena sin florituras, simple y de manual. No hay nada que haga destacar a este ejemplar por encima de otro cómic, salvo que se nos muestra el tablero de juego en el que van a desarrollarse las siguientes tramas. Davis y Goldfine nos presentan una excusa que permite llevar al Tercer Planeta y Eternia al mismo universo y a partir de ahí conocer a los enemigos, a los héroes y cortar la acción con un cliffhanger poco inspirado. Davis, que ya ha trabajo antes con He-Man, debería haber sido capaz de dar más de si mismo con dos franquicias tan sólidas, tan unidas al la nostalgia del aficionado maduro de 35 años que difícilmente podrá ver a los héroes de su infancia en este primer número.
Regresando al comic este crossovers nos presente una  historia muy simple; los espíritus malignos, esos que siempre invocaba Mun-Ra, están aburridos de ver como sus planes de gobernar el Tercer Planeta siempre son impedidos por Leon-O y la Espada del Augurio, por lo que le proponen a Mun-Ra robar una espada igual de poderosa, la Espada del Poder de He-Man y con ella destruir a los felinos cósmicos. En lo que solo puedo entender como una incursión a lo Secret Wars de Jonathan Hickman, el Tercer Planeta y Eternia emprenden trayectoria de colisión una con otra, conectando las realidades y los mundos. Así, Eternia empieza a destruirse y Mun-Ra roba la Espada del Poder de manos de un Principe Adam bastante inocente por no decir lento para reaccionar. Los Thundercats intentan proteger su guarida mientras Jabba los pone al tanto de la situación.
El cómic funciona con un narrador central que explica situaciones y tiene conocimiento de mucha información.
El dibujo es a ratos incoherente pero en general bastante agradable de leer y de muy buena calidad. Los colores están degradados y nunca están marcados por lo que le da una tonalidad ligera a un guion bastante brusco.
Las peleas y las transformaciones, sobre todo la de Mun-Ra destacan en diseño, dibujo y distribución por página, dándoles el protagonismo que merecen en el momento crucial. En ese sentido, el equipo creativo si logró mantener esa estética similar y la esencia de aventuras míticas que guardaban las dos series.





No se puede decir que sea un cómic malo, pero tampoco es bueno, es un cómic que cumple por seguir a rajatabla las normas clásicas de un número uno. Se hubiera agradecido algo más de innovación a la hora de plasmar esta fusión de mundos en la que tan solo podemos ver una pincelada dada con regla y cartabón. No hay tiempo más que para conocer muy por encima a los principales protagonistas, dejar ver un instante a algunos de los secundarios y marcar el objetivo que será el motor de la acción en posteriores números. Tal vez el motivo sea que estamos frete a personajes con mucho rodaje ya muy introducidos en el imaginario cultural, pero resulta difícil creer que los niños, niñas y preadolescentes de hoy tengan conocimiento de causa de quien son estos personajes y se hubiera agradecido algo más de caracterización.
El número está ilustrado profusamente por Freddie E. Williams II, que con su estilo se aleja mucho de la imagen que se pueda tener de estos personajes en la serie animada, añadiendo un toque crepuscular al conjunto que lo aleja de las edulcoradas series de los años ochenta y lo inserta de lleno en el siglo XXI.


Escribir un comic de una serie es algo muy delicado. En lo personal aunque creo que no sea lo mejor que hemos visto de un comic, puede decirse que la historia es interesante y a pesar de su dibujo tan diferente va a traer muchas nostalgias a los mas veteranos.


Fuentes:
http://www.zonanegativa.com/resenas-dc-he-man-thundercats-01/
http://www.ahoranoticias.cl/noticias/tendencias/187223-golpe-a-la-nostalgia-por-que-he-man-muere-a-manos-del-enemigo-de-los-thundercats.html
http://www.elmultiverso52.com/2016/10/11/mr-he-manthundercats-001-nostalgia-de-la-mano-del-maestro-del-universo-y-los-felinos-cosmicos/
http://www.ahoranoticias.cl/noticias/tendencias/187223-golpe-a-la-nostalgia-por-que-he-man-muere-a-manos-del-enemigo-de-los-thundercats.html

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