En este artículo se muestra la repercusión en la producción de series televisivas de anime de la incorporación al proceso de creación tradicional de las nuevas tecnologías digitales. A través de los análisis
de una selección de anime recientes, se mostrará el porqué del éxito de las producciones japonesas, que
representan más de la mitad de las series de animación emitidas en todo el mundo.
En los últimos años, los ordenadores se han convertido en herramientas prácticamente indispensables en la producción de dibujos animados. Las nuevas tecnologías y con ello las imágenes generadas por ordenador CGI (Computer-Generated
Imagery), han revolucionado el mundo de la animación y sistematizado el proceso de
producción haciéndolo más eficiente.
En el caso de la animación japonesa o anime, los procesos realizados de forma
digital eran inicialmente muy específicos —retoque y montaje—. Sin embargo, en la
actualidad las tareas más comunes dentro de la producción de una animación, como
podría ser el coloreado o los efectos visuales como brillos, sombras, luz ambiental,
o elementos mecánicos frecuentes en el anime —como los robots—, se realizan con
aplicaciones digitales que permiten un mayor control sobre el trabajo y ayudan a agilizar la labor de los dibujantes a niveles insospechados en un proceso de animación tradicional.
El principal propósito de este trabajo es mostrar la repercusión de la incorporación
de las técnicas digitales más recientes: captura y creación de movimiento, automatización de sombras, filtros gráficos, modelado tridimensional, así como la simulación
digital de técnicas pictóricas, en el proceso de creación usado en la producción de
animación japonesa y cómo las tecnologías digitales han transformado claramente la
animación en Japón y revitalizado su producción.
Las nuevas tecnologías en el ámbito del anime.
A pesar de que un buen número de estudios de animación japoneses aún mantienen aspectos propios del proceso tradicional de creación con acetatos y papel, especialmente en la realización de fondos con técnicas pictóricas o en la animación de
personajes fotograma a fotograma, lo cierto es que existe una combinación entre la
animación tradicional y el uso de algunos programas de ordenador específicos —con
el propósito de conservar las características visuales tradicionales—, composición
que ha hecho popular a este estilo de animación y economiza su producción.
Aunque prácticamente la totalidad de sus dibujos animados más actuales siguen
respetando el diseño y la estética original, sin ninguna duda la calidad gráfica y la
fluidez en el movimiento ha crecido gracias a los nuevos programas de tratamiento
de imágenes. Hoy en día los coloristas de animación pueden trabajar más rápido y
provistos por una gama infinita de tonos, colores más vivos e intensos que se añaden
al fotograma con un solo “click” (Fig. 1).
Fig. 1. Con el progreso tecnológico de los últimos años, la evolución en el dibujo animado japonés es más que evidente, como claramente se aprecia al comparar
estas dos capturas de la clásica serie Dragon Ball Z (1989-1996).
Relacionado con al avance de la informática, y separadas por una delgada línea
entre los videojuegos y el anime, se encuentran las imágenes renderizadas en cel
shading o toon shading, cada vez más frecuentes en las series de animación japonesa.
La animación Freedoom Proyect (2006) a pesar de estar realizada, aparentemente,
con un dibujo bidimensional, es la película más popular entre los anime diseñados
en el estilo cel shading. Este modo de renderización 3D, se caracteriza por alejarse
completamente del fotorealismo para que la imagen tridimensional adquiera un
aspecto semejante a un dibujo 2D con colores planos y línea de contorno oscura (Fig.
2).
Fig. 2. Freedoom Proyect (2006).
Otro de los avances más recientes en el mundo de la animación japonesa vinculado
al estilo cel shading, es la utilización de movimiento real, o capturado, como referencia para elaborar la animación artística. Herramientas específicas como la cámara
Kinect de Microsoft, que captura en tiempo real el movimiento de una persona,
permite que personajes modelados en 3D —y en el caso del anime, con diseño cel
shading— puedan ser animados fácilmente gracias a este tipo de aplicaciones.
Creada originalmente como unidad de interacción para la videoconsola Xbox360
en 2010, gracias a su funcionalidad, asequibilidad y sobre todo al kit de herramientas gratuitas que pone a disposición la misma empresa Microsoft, permitiendo que
el usuario pueda desarrollar todo tipo de aplicaciones, la cámara Kinect puede ser
utilizada con fines puramente creativos tanto en el ámbito artístico —como ocurre
en el caso de la animación—, como en el educativo (HUI MEI, 2011) o el científico
(GANTENBEIN, 2012).
Este recurso, utilizado sobretodo en robots de series anime o en personajes para
videojuegos, es tan práctico y sencillo de utilizar que se han creado programas de acceso libre con interfaces muy intuitivas —como es el caso de MMD o Miku Miku
Dance— que permiten al usuario animar a los personajes y crear películas en 3D a
través del movimiento capturado con la popular cámara Kinect.
Gracias a la expansión y a las mejoras de este programa —gratuito y con infinidad de modelos tridimensionales creados con variados software de modelado por los
propios fans de la aplicación—, en la actualidad podemos encontrar una serie anime
producida completamente con MMD, Straight Title Robot Anime, estrenada el 6 de
febrero de 2013.
En los primeros pasos de la animación, el método tradicional para lograr plasmar
movimientos específicos, como podrían ser las expresiones faciales, consistía sencillamente en dibujar el propio rostro del animador reflejado en un espejo, imitando las
poses que necesitaban. Años más tardes, en la década de los treinta, con las primeras
películas de Disney, los animadores descubrieron que era mucho más fácil utilizar
fotografías y fotocopias de rostros reales como material de referencia para crear los
gestos en la animación, en lugar de utilizar únicamente el espejo o intentar inventar
por completo las expresiones faciales de los personajes. Inicialmente estas fotocopias
eran impresas secuencialmente, en un intento de crear una versión animada de las
caras.
Este proceso no era otro que el de la animación por rotoscopia, el cual ofrecía a
primera vista un resultado un tanto extraño, como algo mecánico y poco natural, sin
embargo los animadores se sorprendieron al descubrir que las imágenes “rotoscopiadas” resultantes adquirían más calidad visual siempre que dichas expresiones fueran
posteriormente tratadas y exageradas (THOMAS y JHONSTON, 1981).
Con el paso de los años, los avances tecnológicos y los cambios en las técnicas
de producción de animación han influido en la creación de los movimientos faciales
animados. Particularmente las técnicas de 3D o la animación C.G. (generada por
ordenador), ofrecen a los profesionales un amplio conjunto de herramientas para la
creación y animación de las expresiones del rostro.
Una de las técnicas más avanzadas y modernas es la captura de movimiento. Para
ello, y hasta hace bastante poco, los actores que simulan los gestos debían colocarse
en el rostro unos puntos de referencia que iban conectados a un sistema digital de
registro de movimiento. Este movimiento era traducido a los puntos correspondientes del personaje animado, haciendo que la animación se creara automáticamente.
Sin embargo, en 2012 la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL, Suiza)
desarrolló Faceshift (Faceshift, 2012), un nuevo software de seguimiento y captura
de movimiento facial en tiempo real que no necesitaba de puntos referenciales para
registrar el desplazamiento y los gestos de la cara. Este programa, diseñado para ser
utilizado por cualquier tipo de usuario que disponga de una cámara Kinect, es hasta
el momento el único programa capaz de hacer un seguimiento tan completo, llegando
a detectar incluso el desplazamiento de los ojos (Fig. 3).
Fig. 3. Captura facial con el programa Faceshift en la que se aprecia, de izquierda a derecha, la imagen de la cámara, el modelo de cabeza en maya y el personaje defi- nitivo texturizado. Tanto el modelo de cabeza como la figura texturizada se mueven
simultáneamente con la persona que se encuentra frente a la cámara Kinect y que a
través de un sencillo proceso de captura de posiciones registra los puntos claves del
rostro.
Como se ha podido comprobar, son numerosas las invenciones tecnológicas destinadas a mejorar el rendimiento y la calidad de las animaciones contemporáneas,
originando que este mundo, destinado principalmente al ocio y al entretenimiento,
evolucione día a día y se convierta en un soporte ideal para la experimentación.
Recursos digitales en series anime actuales
Movimiento digital y capturado
El uso de las nuevas tecnologías puede suponer igualmente una bendición como
un paso hacia atrás. Los medios digitales agilizan el trabajo y llegan a mejorar el
realismo de las imágenes si son usados adecuadamente, de no ser así pueden inducir
a un uso excesivo de elementos estáticos, mostrados con un continuo movimiento
digital —añadido en la edición—, y provocando animaciones monótonas y repetitivas que distraen y se apartan del realismo deseado.
Los desplazamientos del encuadre que simulan el movimiento de una cámara es
un recurso muy utilizado en las series de animación japonesa. En la Fig. 4 se muestra
una captura de desplazamiento de cámara en la popular serie Death Note (2006-
2007), un anime de 37 episodios dirigidos por Tetsuro Araki. Este ajuste, realizado
durante la edición del vídeo, ayuda a incorporar un mínimo de movimiento a imágenes que son totalmente estáticas —habitualmente dibujadas en un formato alargado o
apaisado para facilitar el desplazamiento del punto de visión—.
Por lo general, este
tipo de planos reproducen un movimiento tipo trávelin que recorre, a través de un eje,
la imagen de extremo a extremo, bien de forma lateral para crear una panorámica o
bien como “trávelin de recorrido”, desplazándose en cualquier dirección —de arriba
abajo, diagonalmente, etc. — con el fin de mostrar, por partes, la imagen al completo.
Estas ilustraciones suelen estar cargadas de detalles y aunque dependiendo del
movimiento que reproduzcan pueden causar un efecto emocional u otro, normalmente sirven para describir una escena o mostrar detalladamente a un personaje. Sin
duda es un recurso que ayuda a ahorrar tiempo y coste a la ahora de animar. Su
utilización de forma moderada refuerza incluso la narración de la historia, pero si
aparece de una manera recurrente puede convertirse en un gran enemigo y volver a la
animación tediosa y aburrida.
Fig. 4. Captura del desplazamiento de cámara en la serie Death Note (2006-2007)
dirigida por Tetsuro Araki.
Igualmente la utilización de imágenes capturadas de movimientos para con su
posterior copia conseguir una animación más natural y fluida, ya no es un proceso
únicamente propio de algunas películas de animación experimental. En la actualidad
la rotoscopia es una técnica más en el mundo de la animación japonesa, utilizada
sobretodo en algunos fragmentos de animación que precisan de mucho movimiento o
de una coreografía especifica —es el caso de algunas partes en la película Mind Game
(2004) o la serie Kuuchuu Buranko (2009).
Fig. 5. Aku no Hana (2013) de Hiroshi Nagahama.
El primer anime realizado completamente con la técnica de animación rotoscopia
es la serie Aku no Hana (2013) (Fig. 5), dirigida por el célebre animador Hiroshi
Nagahama —director de obras como Mushishi (2005-2006) o Detroit Metal City
(2008)—. Esta serie pionera en abandonar los “cánones” del anime pero de extraordinarios fondos y movimientos reales, es sin duda una gran apuesta por lo diferente y
abre el camino a nuevos aspectos en un mundo abarrotado por los tópicos.
Los equipos de capturas de movimientos ”mocap” —motion capture—, también
están presentes en el ámbito de las series de animación japonesa.
La utilización de
estos recursos conllevan una menor intervención por parte del animador y una mayor
dependencia de la creación del movimiento a través del software, sin embargo, la
rotoscopia y el “mocap” son métodos que aceleran el proceso de creación y consiguen que el movimiento resultante para la animación sea totalmente fiel al movimiento real. No obstante, su abuso o mala adecuación dentro de la estética de la
animación, puede resultar en un movimiento extraño o fuera de contexto.
Fondos retocados
La sutil separación entre personajes y fondo en la animación se produce generalmente por la utilización de dos estilos o técnicas distintas: la pintura tradicional
—para los fondos— y la digital —para los personajes—, aunque también podemos
encontrar series anime donde los fondos están coloreados igualmente de forma digital. En estos casos, de series más recientes, el colorista a veces opta por añadir un
filtro específico para distar la intensidad de los colores entre esos dos elementos —
fondo/personaje.
Así, los fondos en la serie Full Metal Alchemist Brotherhood (2009-
2010) llevan incorporados un efecto bastante reconocible del programa Photoshop:
el filtro artístico “Bordes Añadidos”, popularmente utilizado para dotar a una imagen
fotográfica de un aspecto más plástico o artístico, semejante al de una ilustración
realizada con carboncillo, y que crea al borde de cada color unas líneas de contorno
negras de diferente grosor según el nivel de efecto que se desea añadir (Fig. 6).
En la imagen de la Fig. 6, se aprecia un sombreado sencillo en las áreas más extensas y en el resto detalles oscuros a modo de texturas, granulado o rascaduras. También
se ha ”posterizado” el color, es decir se ha reducido la gama de tonos de la imagen
convirtiendo las degradaciones en escalas de colores planos. Su finalidad es crear una
imagen de aspecto semejante a la que pudiera tener la viñeta de un cómic, con líneas
negras de contorno y colores planos.
Al objeto de apreciar la similitud con el fondo y demostrar la utilización de los
filtros artísticos en el tratamiento de imágenes, en la Fig. 7 se muestra el resultado de
aplicar a los personajes los efectos del programa Photoshop: “Bordes Añadidos” y “Pinceladas”. Al tratar el personaje con la herramienta “Bordes Añadidos” (imagen
izquierda en Fig. 7), se aprecia claramente que desaparecen los degradados y el
color se divide en manchas delimitadas de diferentes tonalidades, se crea un sutil
ruido granulado y las líneas se intensifican aumentando su grosor.
Por el contrario, la
imagen de la derecha es tratada con un proceso inverso, utilizando para el fondo el
filtro artístico “Pinceladas”, el cual crea un efecto pictórico que prescinde de líneas
en la imagen y extiende el color unos milímetros fuera de los contornos —resultando
una imagen que podría corresponderse con el aspecto de la imagen original pintada
sin que haya sido tratada con el filtro “Bordes Añadidos”.
Fig. 7. Imágenes tratadas con los filtros artísticos “Bordes Añadidos” (izqda.) y “Pinceladas” (dcha.) de Photoshop.
Con este ejercicio práctico se demuestra que aunque los fondos estén realizados de una manera tradicional con técnicas pictóricas —tanto mixtas como puras— o de forma digital, al color se le aplica un efecto digital que proporciona cierta continuidad a la estética de dibujo animado, a la vez que se acentúan los elementos construidos en el fondo para que se distingan con respecto a los personajes.
Sombreado automático
En el proceso de realización de los anime, los dibujantes indican los efectos de iluminación en los mismos fotogramas originales mediante líneas de colores —generalmente rojo para los brillos y azul para las partes más oscuras—, para que posteriormente sean pintados, uno a uno, por los coloristas utilizando la paleta de tonos previamente establecida. En cuanto a la elaboración de sombras proyectadas sobre una superficie, tradicionalmente siempre se había dibujado a mano, proceso muy laborioso que conllevaba mucho tiempo, por lo que dependía del presupuesto del proyecto o de la cantidad de miembros que componían el estudio de producción —la falta de animadores o la limitación en el tiempo, podía llegar a suponer la supresión de este tipo de efecto en los dibujos—.
Sin embargo, en la actualidad existen técnicas de generación de sombras instantáneas para animación bidimensional, como las que propone el investigador Eiji Sugisaki de la Universidad Tecnológica de Nanyang (SUGISAKI, 2009), quien presenta una técnica rápida y sencilla de crear las sombras de forma digital utilizando los canales alfas de transparencia y el efecto de borrosidad o desenfoque “gaussiano” de Photoshop.
Fig. 8. Captura de prueba con 3D Shadow para Photoshop.
También es posible hacer uso de los plug-in, unas pequeñas herramientas, generalmente gratuitas, que amplían o complementan las posibilidades de los usuarios de
Photoshop. Existen numerosos plug-in diseñados para este programa —de estilos,
manipulación del color, corrección de imágenes, etc.—, uno de ellos es 3D Shadow,
con el que se pueden crear fácilmente diferentes tipos de sombras en perspectiva a
partir de cualquier objeto bidimensional.
La aplicación genera automáticamente una
sombra proyectada, tomando como referencia el contorno de una imagen sin fondo
—generalmente en formato .png— (Fig. 8). Todos los parámetros —nivel de transparencia, perspectiva, color de sombra, desenfoque, posición, etc.— aparece en una
misma ventana y pueden ser fácilmente modificados por el usuario mediante barras
de porcentajes.
La incorporación de estos nuevos recursos digitales aquí descritos han transformado claramente los procesos de animación y revitalizado la producción de animación, provocando cambios importantes en la animación artística y consiguiendo desarrollar una animación eficaz y rentable (ÁLVAREZ y LORENZO, 2013).
Conclusiones.
Es evidente que la utilización de herramientas digitales se ha convertido en algo
frecuente en la producción de animaciones y ha ayudado a mejorar y a acelerar
el proceso de creación de las mismas. Las nuevas tecnologías permiten combinar
animación tradicional con modelos 3D, imitar las técnicas tradicionales propias del
dibujo o la pintura con programas como Photoshop o Paintman, incorporar texturas,
efectos especiales y cámaras multiplanos con After Effects o Premiere, así como la
captura de movimientos reales gracias a aplicaciones como la cámara Kinect.
Todo
ello ha permitido no sólo la expansión de este mercado, propio del entretenimiento,
sino también que el ámbito de la animación se sitúe prácticamente al alcance de cualquier persona, lo que ha promovido la creación de pequeños estudios de animación
y de animadores independientes capaces de crear películas de dibujos animados de
una gran calidad.
Fuente:
Horno López, A. (2013) La era digital del anime japonés. Historia y Comunicación Social. Vol. 18 Nº Especial Octubre. Págs. 687-698.